Son tiempos de Política

Tras los gobiernos de Menem y De la Rúa la política argentina se vió sumida en una profunda crisis.

Los políticos eran figuras detestadas en su mayoría y la antipolítica ganó espacios en la televisión, donde burlarse de los representantes era moneda corriente (recordemos la ridiculización a la que se expuso al propio presidente de la nación desde el programa mas visto de la TV en prime time).

La frase "Que se vayan todos" llegó con fuerza tras la crisis del 2001 y se convirtió en bandera en aquellos días donde era normal la represión de la protesta social y el constante ajuste hacia las clases trabajadoras y los jubilados.

El emergente de toda esa situación fueron los movimientos sociales, quienes llevaron adelante los reclamos de gran parte de una sociedad que estaba harta de los atropellos de esa dirigencia incapaz que terminaría abandonando el poder vergonzosamente y dejando muertos en plaza de mayo.

Esos movimientos sociales contaban con dirigentes que hoy podemos ver debatiendo en sesiones del congreso. Son ellos quienes forman parte de ese proceso de resurgimiento de la política producido desde el 2001 hasta estos días, profundizado con un gobierno de discurso fuerte, que supo aglutinar a diferentes fuerzas al comienzo de su gestión y que luego con el correr de los años se fue volviendo de tono mas confrontativo ante una oposición que actuó en esa misma dirección.

Se reabrieron viejos debates como los hechos ocurridos en los 70'. Debates que en las dos décadas posteriores se habian suspendido. La politica como herramienta de cambio comenzó a revalorizarse y muchos jóvenes se volcaron al debate politico.

Nacieron nuevos espacios como el PRO (de centro derecha) y Proyecto SUR (de centro izquierda). Aparecieron figuras por fuera de los partidos tradicionales como Martin Sabbatella con un espacio político independiente (Nuevo Encuentro) que gobernó el partido de Morón durante 10 años (de 1999 a 2009). El kirchnerismo aglutinó una gran masa de jóvenes en espacios como "La Cámpora", entre otros.

El crecimiento permanente de Internet y las redes sociales llevaron el debate a un nuevo terreno, el terreno digital. Hoy es común enterarnos de todo lo que sucede en apenas segundos y por medio de los mismos protagonistas. Se presentan temas, se debaten y suelen terminar en el congreso con sesiones maratónicas que todos seguimos por TV o por la web, algo que hace 10 años era impensado. Asi se trató la 125, la ley de matrimonio igualitario, la de glaciares, entre otras.

Son tiempos valiosos. Es importante que cada uno haga su aporte desde la ideología que tenga y respetando a su adversario ideológico. Siempre es mas fácil convencer de una idea a otra persona si se le habla con respeto. Logicamente a todos nos puede ganar la pasión. Es en esos momentos en los que debemos elegir callar y reconsiderar nuestra forma de decir las cosas. No solo por una cuestión de convivencia, sino tambien de conveniencia por lo que he dicho anteriormente, desde el respeto se puede construir, desde el insulto solo se puede destruir.

Festejemos el retorno de la discusión politica. No temamos. No rehuyamos a ella.
Vivámosla democráticamente.