sábado, 27 de abril de 2013

Desborda

Un ruido estridente me despierta. Estoy solo en un banco de cemento de éste, mi hogar desde que mi familia me dejó para deshacerse de su mayor problema. Miro a mi lado a Felipe -el perro de la guardia- y noto su mirada perdida; Ladra y se va corriendo mientras se multiplica el ruido. parecen disparos; me tapo los oídos y aprieto los dientes mientras me paro y camino hacia un árbol; Me trepo y veo a lo lejos cientos de hombres con escudos, escopetas, lentes oscuros. Algo mas cerca visualizo a la doctora, llorando, arrodillada y suplicando, no entiendo por qué lo hace.

¿Qué es lo que pasa? ¿por qué ya no oigo a los pájaros cantar? ¿por qué no veo a los muchachos haciendo sus actividades? mientras me lo pregunto se levanta una cortina de humo, hay corridas, gritos, ¿esos son periodistas? ¿estarán volviendo los fantasmas que me trajeron hasta acá? no puede ser cierto esto que veo. Fue hace apenas una semana que la doctora me dijo que estaba mejor y que pronto podría irme de acá. ¿Que haría allá afuera? esta es mi casa, aquí pude alejarme del terror y de la oscuridad.

Ya no veo el mar, ya no veo a mis compañeros en la trinchera llena de agua muriéndose de frío ni tampoco veo a esos aviones ni a los muertos sembrados a mi alrededor, pero siento el miedo. ¿Qué me está pasando? ¿Qué vienen a buscar? bajo del árbol y corro hacia ellos. me frena un hombre con un micrófono y me dice cosas que no entiendo, busco a la doctora pero no la veo más, observo a algunos de los enfermeros nerviosos, ellos nunca están así. me piden que vaya al salón con los demás, pero quiero ayudar.

Se acerca esa multitud de hombres armados, agarro una piedra que encuentro bajo mis pies y se la tiro, no doy en el blanco pero busco otra. Uno de ellos me ve y con su rostro desencajado comienza a acercarse a mí rapidamente. me doy vuelta y empiezo a correr nuevamente hacia mi seguro árbol, pero siento un fuerte ruido y mi espalda comienza a arder. caigo al piso, creo que me dieron. ya sé que es lo que me pasa, estoy de nuevo en las islas, los ingleses vinieron por nosotros, voy a levantarme rápido y voy a seguir peleando hasta morir, porque esta vez les juro que las vamos a recuperar.

Lucas Castro

14 comentarios:

Emilia dijo...

Excelente tu relato, graciasng

Anónimo dijo...

Terriblemente hermoso relato
Gracias. Abrazo

silvina dijo...

¡Muy bueno, Lucas! Mientras leo al personaje de tu relato, me doy cuenta de que estoy tan anonadada como él. No salgo de mi asombro ni puedo comprender que lo ocurrido pertenezca al mundo real.

Dra Ka dijo...

pobres pibes... Muy bueno Lucas

Alejo García Pintos dijo...

Crack. Abrazo.

Anónimo dijo...

El Borda no es un lugar romantico, ni un hogar. Ahí se tortura, se viola, se mata. Luchemos contra la manicomización. No perdamos eso de vista.

Anónimo dijo...

Es algo que debían haber considerado la patota que ataco a la policía.

Anónimo dijo...

Excelente y muy conmovedor me toca en ambos sentidos Miguel Saredi

Anónimo dijo...

Muy bueno Lucas.
@miunicoheredero

Lucas Castro dijo...

Me causó gracia eso de "la patota que atacó a la policía". En fin, este blog no va a censurar, incluso lo que considero estupideces.

Manuel dijo...

Increible que gente común repita el relato del gobierno de la ciudad. triste

Anónimo dijo...

Muy bueno. Saludos desde Bolivia!

Anónimo dijo...

Excelente. Te felicito con humildad, sólo soy trabajadora de la salud pública en CABA...
@JulietaR70

Anónimo dijo...

No se porque no lo lei en su momento, gracias por compartirlo de nuevo, terrible relato, muy bueno! Karina